Psicoterapia
de Tiempo Limitado

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Psicoterapia de Tiempo Limitado es un modelo que surge de la investigación de los modelos de tercera generación que comenzamos a realizar en 1995 y que se publica por primera vez en 2002 en “Terapia de Interacción Recíproca. Hipnosis clínica en psicoterapia”. Es un modelo que pretende encarar los cuadros clínicos que acuden a una consulta ambulatoria en un tiempo prudente y con un numero de sesiones determinado (entre 5 y 15 sesiones), cuyo principal objetivo es conseguir que el paciente después del proceso pase del sufrimiento a la satisfacción, trabajando las memorias almacenadas en las estructuras subcorticales que están fuera de la consciencia, sin que necesite años de análisis para conseguirlo.

Su argumentación teórica se sostiene en tres supuestos básicos después de haber observado y analizado más de 9.000 pacientes y cientos de personas entrevistadas. Advirtiéndose que la necesidad de intervención psicoterapéutica está determinada por la no realización de las necesidades básicas, a las que estamos fijados, como mamíferos. La no realización de estas necesidades básicas con los referentes de los tres contextos: Micro (familia), meso (escuela, barrio) y macro (sociedad), determinan una serie de mecanismos de compensación que desencadena una rigidez tanto a nivel biológico, neurológico, psicofisiológico, y por ello emocional, cognitivo y conductual, asegurando desequilibrios tanto intra como interpersonales. El Primer Supuesto de Psicoterapia de Tiempo Limitado, dice:

«Sólo podemos realizar aquello que hemos imaginado haber realizado»

Tras este supuesto exponemos la figura de la persona referencial básica, muy concomitante con la figura de la madre o del padre, aunque no siempre coincide con ellos. De la interacción con la persona referencial básica se infiere un Segundo Supuesto esencial:

«Para imaginar aquello que queremos realizar, nuestro personaje referencial básico debe haber imaginado que podemos lograr realizar lo que deseamos»


En otros casos el sujeto nos indica argumentos que van en la misma dirección y que producen idénticas interferencias en el crecimiento, tales como: «…nací de casualidad, mis padres no me esperaban», «…yo tenía que haber sido chica; mi madre no quería más chicos…», «… cuando yo nací mi padre tuvo que dejar la carrera para ponerse a trabajar…», «…mi hermano tuvo toda la atención, yo sólo cuidaba de la casa…», «…tenían que viajar tanto que yo me pasé la niñez y la adolescencia de internado en internado»….

La psicoterapia tiene como esencia dar permiso para que el sujeto restablezca el orden interior y pueda seguir su camino como persona autónoma. El tercer Supuesto básico dice:

«La psicoterapia puede ser un equivalente de la relación con el personaje básico. El terapeuta ayudará a cambiar el esquema emocional primitivo fruto de la interacción primaria, liberando al paciente de su incapacidad para poder imaginar aquello que desea y posteriormente realizar dicho deseo, pero esta vez con la sensación de tener la confianza de su figura básica, en este caso secundaria».

TERAPIA DE INTERACCIÓN RECÍPROCA

Terapia de Interacción Recíproca (T.I.R.), es la primera terapia de tiempo limitado, que utiliza conceptos y fundamentos de las terapias psicoanalíticas, cognitivas, estratégicas, sistémicas e interpersonales, con elementos propios tanto en sus fundamentos teóricos como en su puesta en práctica clínica.

Terapia de Interacción Recíproca es un modelo terapéutico, de característica integradora o ecléctica que pretende amoldar el modelo al paciente y no el paciente al modelo.

Terapia de Interacción Recíproca induce de forma habitual estados hipnóticos en el paciente, este estado alterado de la conciencia facilita los cambios terapéuticos, puesto que el paciente está mucho más receptivo y mantiene un vínculo singular.

Terapia de Interacción Recíproca

  • Está diseñada para una psicoterapia con un solo paciente y terapeuta
  • Se ocupa de lo relacional y de las normas que dirigen la interacción del sujeto con el mundo en el aquí y ahora
  • Tiene especial interés el complejo: emoción-motivación-cognición
  • Es totalmente compatible con la medicación psiquiátrica
  • Es una terapia generativa

La Terapia de Interacción Recíproca ha sido cotejada empíricamente con resultados muy satisfactorios en los siguientes trastornos:

  • Trastornos secundarios a la memoria emocional traumática.
  • Trastornos postraumáticos.
  • Trastornos de ansiedad
  • Trastornos afectivos
  • Trastornos psicosomáticos
  • Trastornos del Comportamiento Alimentario
  • Dolor
  • Tratamiento psicológico en la intervención en el quirófano y patologías medicas crónicas.
  • Tratamiento de tabaquismo.
  • Trastornos del espectro explosivo, disruptivo, negativista, desafiante.
  • Trastornos del sueño.

ROL DEL TERAPEUTA

El terapeuta recibe al paciente acompañándolo y sin poner barreras en la recogida de datos, aceptando en las primeras sesiones el significado que da este paciente a su problema o síntoma (contención). Posteriormente escolta al paciente intentando participar con el mismo lenguaje y con semejantes ritmos en la expresión tanto verbal como no verbal.

La relación terapéutica está basada en el respeto y la confianza. Esta relación establece un vínculo asimétrico, hasta alcanzar el momento terapéutico de inflexión, donde el paciente invierte la asimetría (relación recíprocamente asimétrica). De esta manera el terapeuta termina siendo un equivalente de la persona referencial básica del paciente (persona referencial secundaria).

En esta relación terapéutica se establece un plan de cambio en el paciente. Imaginando el terapeuta qué tendría que cambiar el paciente en su manera de emocionarse y como esto repercute en la conducta, cogniciones, relaciones interpersonales, sistema de representación de su entorno etc, para conseguir una remisión del síntoma o del problema que trae el paciente como motivo de consulta.

El cambio terapéutico se produce cuando el paciente puede realizar las necesidades básicas que no pudo conseguir con sus referentes directos, en esta relación con el terapeuta, consiguiendo que la adquisición de su flexibilidad emocional repercuta como un elemento eutímico en su bioquímica, neurología y respuesta psicofisiológica que da lugar a una forma más adaptativa de conducta, cogniciones y relaciones interpersonales.

El efecto terapéutico, y por lo tanto «el cambio» en el paciente, no lo realiza la intervención en sí, sino lo que ocurre en la relación terapeuta-paciente, consiguiendo aprender que lo importante no es saber lo que hay que hacer, sino ser capaz de hacerlo. 

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