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Psicoterapia
de Tiempo Limitado

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

En 1995 inicié un proyecto de investigación denominado Psicoterapia de Tiempo Limitado, fundamentado en el análisis de los enfoques de tercera generación existentes. Como objetivo, me propuse diseñar un modelo terapéutico orientado a abordar los casos clínicos que se presentan en la consulta ambulatoria en un periodo razonable y con una cantidad determinada de sesiones (entre cinco y quince), permitiendo que la persona, tras el proceso, transite del sufrimiento a la satisfacción mediante la intervención en memorias almacenadas en estructuras subcorticales (memoria emocional traumática) y, por ende, ajenas al ámbito consciente, sin requerir años de análisis.

Para que un modelo terapéutico sea considerado Psicoterapia de Tiempo Limitado, debe cumplir al menos tres requisitos:

  • La intervención debe ser eficaz en menos de quince sesiones.
  • El foco terapéutico se centra en lo relacional, es decir, en lo que ocurre en el vínculo terapeuta-paciente.
  • La intervención se orienta al conflicto traumático vinculado con la incapacidad de satisfacer necesidades básicas, utilizando como guía en este proceso el motivo de consulta, es decir, la creencia de la persona sobre aquello que le genera sufrimiento.

La argumentación teórica parte de la observación y el análisis de más de 9.000 pacientes y personas entrevistadas. Se concluye que la necesidad de intervención psicoterapéutica está determinada por la insatisfacción de necesidades básicas, propias de nuestra condición de mamíferos. Cuando estas necesidades esenciales no se cumplen en los tres contextos de referencia —micro (familia), meso (escuela, barrio) y macro (sociedad)—, se generan mecanismos de compensación que provocan rigidez a nivel biológico, neurológico y psicofisiológico. Esto repercute, a su vez, en los aspectos emocionales, cognitivos y conductuales, lo que es característico de la memoria emocional traumática y genera desequilibrios tanto a nivel interno como en las relaciones con otras personas.

El primer supuesto de la Psicoterapia de Tiempo Limitado establece lo siguiente: «Solo podemos realizar aquello que hemos imaginado haber realizado»

Tras este supuesto, se expone la figura de la persona referencial básica, cuya función suele estar vinculada tradicionalmente a figuras parentales, aunque no necesariamente siempre coincide con ellas. De la interacción con la persona referencial básica se infiere un segundo supuesto esencial:

«Para imaginar aquello que queremos realizar, nuestro personaje referencial básico debe haber imaginado que podemos lograr realizar lo que deseamos»

Las carencias en la relación referencial básica constituyen una de las principales causas de la memoria emocional traumática y, con ello, del sufrimiento de la persona. Existen diversas maneras de verbalizar este conflicto primario. Algunas pueden ser: “…nací por casualidad, mis padres no me esperaban”; “…yo tenía que haber sido niña; mi madre no quería más hijos varones…”; “…cuando nací, mi padre tuvo que dejar la carrera para ponerse a trabajar…”; “…mi hermano recibió toda la atención, yo solo cuidaba de la casa…”; “…tenían que viajar tanto que pasé mi niñez y adolescencia de internado en internado…”.

La psicoterapia tiene como esencia otorgar el permiso necesario para que la persona restablezca su orden interior y pueda continuar su camino como ser autónomo. El tercer supuesto básico establece:

“La psicoterapia puede equipararse a la relación con la figura básica. El o la terapeuta ayudará a transformar el esquema emocional primitivo, generado por la interacción primaria, liberando a la persona de la incapacidad para imaginar aquello que desea y, posteriormente, realizar ese deseo, esta vez con la sensación de contar con la confianza de su figura referencial secundaria, su terapeuta”



Perfiles incompatibles con Psicoterapia de Tiempo Limitado

Considerando que la intervención se centra en el conflicto básico y, por ende, en la memoria emocional traumática originada por la imposibilidad de satisfacer las necesidades esenciales para el equilibrio biopsicosocial de cada persona, y debido al uso de técnicas de disociación para lograr eficacia, la Psicoterapia de Tiempo Limitado no está indicada en los siguientes casos:
  • Cuadros psicóticos.
  • Consumo problemático de sustancias.
  • Trastornos graves de la personalidad.

Terapia de Interacción Recíproca (T.I.R.), Aguado, R., 2002, es la primera Psicoterapia de Tiempo Limitado que integra conceptos y fundamentos de las terapias psicoanalíticas, cognitivas, estratégicas, sistémicas e interpersonales. Además, incorpora elementos propios tanto en su base teórica como en la aplicación clínica, ofreciendo así un enfoque innovador y completo para el acompañamiento terapéutico.

Es un modelo terapéutico de carácter integrador o ecléctico que busca adaptar el modelo a la persona y no la persona al modelo. Esta terapia induce habitualmente estados de disociación (Focalización por Disociación Selectiva —F.D.S., Aguado, R., 1998) lo que facilita los cambios terapéuticos, ya que la persona se muestra mucho más receptiva y mantiene un vínculo singular durante el proceso.

Características principales de la Terapia de Interacción Recíproca:

  • Está diseñada para llevarse a cabo entre una persona y un terapeuta.
  • Se centra en las relaciones y en las normas que dirigen la interacción del individuo con el mundo en el aquí y el ahora.
  • Presta especial atención al complejo emoción-motivación-cognición.
  • Es totalmente compatible con la medicación psiquiátrica.
  • Se considera una terapia generativa.

Ha sido validada empíricamente con resultados muy satisfactorios en los siguientes trastornos:

  • Trastornos secundarios a la memoria emocional traumática.
  • Trastornos postraumáticos.
  • Trastornos de ansiedad.
  • Trastornos afectivos.
  • Trastornos psicosomáticos.
  • Trastornos de la conducta alimentaria.
  • Tratamiento psicológico en intervenciones quirúrgicas y patologías médicas crónicas.
  • Tratamiento del tabaquismo.
  • Trastornos del espectro explosivo, disruptivo, negativista y desafiante.
  • Trastornos del sueño.

Desde el Instituto Europeo de Psicoterapias de Tiempo Limitado se ha perfeccionado, hasta la actualidad, la Terapia de Interacción Recíproca en el marco de los principios de la Psicoterapia de Tiempo Limitado. Este avance ha sido posible gracias a la investigación continua, permitiendo que más de 2.000 psicólogos y cerca de 400 médicos hayan completado su formación en este modelo, con el respaldo de los colegios profesionales de psicología y medicina desde 2005. 

ROL DEL TERAPEUTA

El o la terapeuta recibe al paciente conteniendo su sufrimiento y sin establecer barreras durante la recogida de datos; no juzga, critica, ni interpreta, sino que escucha activamente el relato, acompasando en las primeras sesiones tanto el significado que la persona otorga a su problema o síntoma (motivo de consulta) como el estado emocional asociado. Posteriormente, lo escolta procurando emplear un lenguaje y ritmos de expresión verbales y no verbales semejantes.

La relación terapéutica se fundamenta en el respeto y la confianza, cualidades que se alcanzan a través del conocimiento, las habilidades y la actitud profesional demostradas por quien facilita el proceso. En este contexto se establece un vínculo asimétrico, que evoluciona hasta el momento de inflexión terapéutica, en el cual la persona consultante invierte dicha asimetría, generando así una relación recíprocamente asimétrica. De este modo, quien ejerce la terapia puede llegar a ser un equivalente funcional a la figura referencial básica de la persona consultante, actuando como figura referencial secundaria.

Dentro de esta relación terapéutica se diseña un plan de cambio. El o la terapeuta imagina qué transformaciones serían necesarias en la manera en que la persona experimenta y expresa sus emociones en relación con el motivo de consulta, considerando cómo estos cambios impactarían en la conducta, las cogniciones, las relaciones interpersonales y el sistema de representación del entorno. Todo ello con el objetivo de propiciar la realización de aquellas necesidades básicas insatisfechas (conflicto básico) asociadas al motivo de consulta.

El cambio terapéutico ocurre cuando la persona consultante logra satisfacer, en la relación con la persona terapeuta, aquellas necesidades básicas que no pudieron ser cubiertas en sus vínculos primarios. Al adquirir flexibilidad emocional, este proceso repercute de manera positiva en la bioquímica, neurofisiología y respuesta psicofisiológica, dando lugar a formas de conducta, cognición y relación interpersonal más adaptativas.

El efecto terapéutico y, por tanto, el cambio logrado por la persona paciente, no resultan únicamente de la intervención técnica en sí misma, sino de los procesos experimentados en la relación terapeuta-paciente, permitiendo aprender que lo importante no es saber lo que hay que hacer, sino ser capaz de hacerlo.

Roberto Aguado
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